Ha sido el viento,
el que con fuerza y donaire
te ha traído a mí.
Has llegado, como el silencio
con que el alba toma el amanecer.
Has sido el correr del agua que,
como preludio en el riachuelo,
abre su camino para llegar a su querer.
Has sido el sol, que con su elocuencia y brillo,
busca plasmar en el infinito sus rayos
para así iluminar la estancia y visitar a su amor.
Ha sido el viento,
que entre anhelos y confidencias,
se incrusta en mi vida,
porque así es su preferencia;
donde vuelas como hoja -ligera-
y te posas en mí para escribir mi poema.
Sin tiempo,
sin espacio,
sin hipótesis.
Simplemente, como hermoso teorema.
Mujer de mis vientos, de mis anhelos,
de mi sed, de mi sol y mi teorema...