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Ciudad mágica y bullaran güera
de grandes pechos y amplias caderas
de luces nocturnas y labios pintados.
Cautivadora de paisajes nocturnos
de un solo sueño y una sola noche,
hoy confieso mis miedos
la vida y la muerte me están desgastando.
Para que el llanto no me bañe
danzaré al son de un acordeón hechizado;
en presencia de locos, en bares mundanos.
Afligido acordeón, voy a tocar un son
que brille en la lejanía y su melodía
llegue con sus alas a la musa de mis sueños,
y sus notas hechizadas, vuelen en la lejanía
lleguen a ti, sean solo sueño una sola brisa.