Madrugada, tú silenciosa,
amaneces mi mirada,
tú nostálgica,
diriges mis plegarias,
ahora te deseo
más que nunca
y brindo ese beso
que olvidaste
reclamar
Mañana, tú testigo
de mis deseos y sueños,
tú misma deseosa
de poseer su cabello,
guía sus ojos
a mi mirada
y su fragancia
déjala morir
en mis besos.
Tarde, mustia tarde,
olvidaste mi amor,
tarde, insana tarde,
en un recuerdo tu olvido reino,
ahora en sus suspiros
encuentro mi aire
y en su recuerdo
mis estrellas.
Noche, que dulce
me inspiras a escribir,
que en tu belleza su recuerdo
traes a la vida,
amor doloroso
siento yo,
infeliz por tu pronta partida