Yo, dios omnipotente, aquí te pido
pues que animal curioso tú le hiciste,
al pecador otorgues que hoy insiste
este sueño que querría ver cumplido.
Es muy simple. Y a ti será sencillo
atender al que es su último deseo.
Si lo haces tallaré en mi camafeo
tu imagen en relieve con gran brillo.
Quisiera de mi muerte a los cien años
cual por arte de magia, tu eres mago,
permitas asomarme y ver el mundo.
Confío que me queden aún redaños.
-yo encenderé la luz y yo la apago-
No preciso mucho tiempo, un segundo
Y si de esa sorpresa me rehago
me sumiré en el sueño más profundo.
¡Juro no recurrir a los engaños!
©donaciano bueno