En la arena del desierto
Quedan mis despojos;
Quedan mis ganas muertas
De mirar la luz de tus ojos.
De sentir en mi agrietada piel
El agua bendita de tus dedos,
Que mitiguen la sed del desierto,
Que me hace quedar muerto.
Vivir de caricias a distancia
De besos con sabor a aridez
Del inmenso y cruel desierto
Que me deja en mi desnudez
Si acaso una lágrima derramó,
Siento en mi mejilla el fuego,
De la distancia y del tiempo
Y de un mítico fugas recuerdo.
Alberto Aguayo