Aquí donde el aire tiene sonido
y las aguas no saben de mi llanto;
donde las flores brindan tenue manto
vendré ha recuperar lo no perdido.
Entraré en sus brazos estremecida
gozando la belleza de su encanto
Extasiada con la voz de su canto
seré brisa sorprendida y con vida.
Feliz libaré de sus campos divos
recibiendo la luz resplandeciente
que compartirá toda la simiente
con mi tierra fértil y con los vivos