Tiemblan las manos angélicas
ante tanta grandeza y el silencio del lenguaje
Adormicida está la mente
sin recuerdos de sonrisas ni alegría
de un todo como si, lo vivido en el pasado
fueran gotas de rocío besándole el rostro
en la huella del grito de amor y de la muerte
de las ausencias presentes
y aquellas memoriosas veladas prohibidas,
secretas tertulias elegantes en la avenida de mayo
sin dotes, y la letra cargada con fuerte olor a café,
a golpe seco de billar y en el registro inconfundible a el encantador
y sepertino aroma a pipa, a la bocanada abierta
en espiral al infinito del puro en la pausa del cogñac
la vida transcurría con interminables sensaciones
desnudando las horas de color en la sangre,
Noches de tintas, letras de plomo
y lunas independientes de papel prensa
Perfiles de tíos y tías con nombre propio
en su satisfactoria labor de poetas, artistas y guerreros
abocados en secreto a voces -de la cosa perdida-
identificando la falta de luz
Atravesando oceános y cielos en el silencio negro
de la melancolía haciendo historia
Somos y venimos de esa identidad
y de un saber aprenhendido
de largos caminos de oscuridad y horrores
nombrando en cruz a puño cerrado
en el centro de la mesa
a las viejas dictaduras nacionalistas,
al franquismo, fascismo y comunismo
Ese saberse ser, ser la herida que no confunde
de las concepciones religiosas y el desfallecimiento
Dándole al dolor diciente el poner la firma,
la honradez para pensar más y más
Y los destinos ...
los destinos de los amores, amigos y familia,
esa depresión anonadora y desvastante del yo
-esa deprimente carencia- impresa en los ojos
Soy su heredera universal
y de ese lento andar descalzo del abuelo
Sin prisas, pensante uno es, libertario
en ese cuerpo de fantasma despedazado
y en la búsqueda permanente hacia un futuro brillante
sin fanatismos, ni cultos, terrorismo ni violencia
y en la mácara de ese no soy,
del discurso en que uno se refugia
en el mortal silencio de la palabra, uno es eso y más.
Crece y avanza, sin angustia de muerte
a los peligros y sin abandonarse, a uno mismo.
Odiada y perseguida se sigue en el camino a la esperanza
Sola se continúa haciendo las cosas de antes, las de siempre
en la excitante noche desarraigada
con la mirada fija y oscura en el vacío
Se aprende a ser y a ser madre en nueve lunas
en el privilegio de la mirada del hijo,
a la esperanza de amor y la dignidad del ser.
A ser al dolor y a esa pena sin tiempos,
ese desencanto e ironía del vivir
A las promesas enmudecidas quemando,
al sometimiento desgarrando las entrañas,
destrozando la vida... los años... Sin anudadamientos
Los muertos, los de todos, los propios
y aquellos muertos, los del borde al filo de la palabra
en ceremonia que han sido enterrados vivos
Todos son y están, proclamando eterna memoria
Memoria de valores, tradiciones, razas y credos.
Sin hogar y con grietas eso fuimos, eso somos,
cada uno con lo que es, siente ese terruño
y las sombras que nos devuelve el espejo
Desterrados, torturados, habitando la peor pesadilla
se quiera o no, se sepa o no, siempre está el rumbo
a esa realidad asequible de la palabra al corazón
La raza humana no abandona cuando hay amor
y sí, solo cuando hay fé que solo mueven montañas
en nombre del falso dios
Así creemos, crecemos creciendo, siendo en la verdad genuina
y en la legitimdad de la palabra para amarnos en libertad,
Sin ridiculizarnos, sin imitaciones ni apropiaciones
solo transformando el orgullo en dignidad
y solo, eso somos:
Hijos del presente -la de los otros-
buscando el cambio, transformadores individuales
con raíces y alas protestando a viva voz
con esa herida del alma y la libertad entendida
como nuestra responsabilidad
Ardiendo de deseos en la mirada, sin escondernos
en ser respuesta clara cuando el cielo se enfurece
Mané Castro Videla