Yo no quiero mausoleos
donde cuelgan los trofeos
y la gente va a llorar
que entre las alas del viento
donde anida el pensamiento
allí quiero descansar.
Me podrían enterrar
al lado de un encinar,
o en la sombra de una acacia
o a la orilla del camino
o el lagar donde está el vino
que eso a mi me haría gracia.
Que yo nací entre pinares,
montes con grandes lunares
pero tuve que emigrar
en otoño hacia otros lares
de naranjos y olivares
y hoy mi sueño ya es volar.
Volar sin saber a donde,
allí donde dios se esconde
en su insigne madriguera,
o donde se pudre el hombre
bajo una fecha y un nombre
y el que espera, desespera.
Da igual sea el cielo o sea el mar
pues entre volar o nadar
no tengo mucha elección,
tengo miedo a navegar
y tampoco es el volar
el santo de mi devoción.
©donaciano bueno