Otra vez pidió una copa y fue
A navegar solo por sus infiernos
Exhaló un aire turbio
Lleno de lamentos.
Para no dejar huella alguna
Iba volando a ras del suelo,
Pago a fantasmas de la bruma
Con sus mismos sueños.
Siguió la ruta de los adivinos
Para franquear sin prisa
Los vados del hastío.
Como un cometa que
Perdió hace tiempo su recorrido
Vagó sin rumbo alguno
Hasta quedarse dormido.
Como explicarle al mundo
Que no sos parte de él,
Y convencerlo de que todo
Es un juego de aquelarres.
Ya sin brujas ni hechizos
Ya sin corcel ni armadura
Aunque las heridas desaparecen
Las cicatrices perduran.
Al llegar a las montañas
Alzo su vista y vio
Que hasta a las cumbres más altas
Las detiene el cielo.
Recordó su pueblo
Y los arroyos en los que sumergió
Esos cabellos que hoy
Blanqueaban al viento.
Y supo llorar lo que había perdido
Supo callar lo que había gritado
Esquivo la espada y dio
Un paso al costado
Aunque olvidasen su nombre
Aunque quebrasen la paz
El sabe que toda tormenta
Está destinada a terminar.