SÉ que la vigilia es larga y el alba acudirá como una moneda de cobre cuyo color es el color del miedo.
SALTO sobre la tierra empapada.
MÁS allá hay un vacío al que no deberé caer porque siempre estaré solo dejando una estrella prendida en el fondo de lo más prohibido, y el enigmático mundo cruzará en vueltas desesperadas que recuerden a un paisaje donde la esclavitud desee desandarse a sí misma.
MI rostro escapa y no volveré a decir que alguien me persigue.
¿QUIÉN está bajo la risa? ¿Quién huye?
ES el instante en que marchan los jardines y mi cuerpo se cubre de un rocío parecido a la siesta.
Yo amo a quien venció los miedos y tuvo el hambre de los pobres.
G.C.
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G.C.