El amor del cuervo
...y retornará en pos de huellas tantas
y desnudará a las piedras que le atolondraren a doquier
el amor del cuervo.
¡Ay! Si morral de fábulas alberguen su alma silencios,
montañas negras, ¡ígneos corazones de hogar ausente!
No es abandono, ¡no! ¡No! Resquemor, estupor
o mísero esperpento, ¡deshecho de los buitres! ¡No!
Alma de cóndor, viejo y fariseo,
a los aires plañe libertad proscrita,
¡De prisa! ¡Pinten cuervos los emigrantes del dolor...!
¡Oh! Corazón, melancolías de una cítara en tu interior...
Mas,
pasado de cadenas el demonio triste arrastre,
beso sin espinas en deshojado otoño arañe,
horizonte en llamas ¡Fuego! ¡Fuego!
...si tan solo eres ceniza y a veces nada.
Y canten los dolores y las penas
y el cielo se estremezca,
y se agiten los corazones como el mar embravecido...
¡Dejadle allí, solo, como la puna sin nevada.
Dejadle que arrumáque al gallinazo,
a las ratas... A la cascabel dejadle escupir su veneno
en los peñascos, en las arenas, en los labios y sus grietas...
...si es más dulce amar, aún, el cuervo a los más cuervos
que arrancaran los ojos de las cuencas nuestras,
que a un puñal artero que destazáre
al corazón de un santo cuervo...!
31-05-15
Autor: Santos Castro Checa
Mallares – Perú
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