Como si 10 agujas llenas de heroína me inyectaran
y la droga se fuera directo a mi torrente sanguíneo.
Eso, eso siento cada vez que veo ese halo de luz tan hermoso
que se figura en tus ojos.
No hay explicación de mi parte para desearte buenos días o buenas noches,
es como si explorara una galaxia diferente,
tan hermosa, tan llamativa,
una galaxia sin igual.
Ni mil constelaciones llenas de astros de diamantes
serían capaz de quitar mi mirada sobre ti,
ya que tus ojos son los mejores hipnotizadores que he conocido.
Eres alguien extremadamente sin igual.
Negaría aceptar la inmortalidad
porque no me sentiría capaz de ponerle fin a tal hermosura.
Prefiero morir yo y saber que sigues igual,
con esa luz radiante que te caracteriza.
No me pidas explicar mis razones de lo que hago
porque no terminaría de hablar sobre ti.