Gabriel

Un ángel nuevo

a Jesús, por darme tanto

 

Abrí las puertas del Cielo,

mi Padre esperando,

abrazo infinito sin final ni principio.

 

Oh, Maestro y amigo,

Dios de las aguas y de la tierra,

¿por qué tú siempre me das la sonrisa?

 

A veces no puedo comprenderla,

pero tengo a las Tres Marías

que me acompañan.

 

Te busco entonces, Jesús,

abriendo el alma,

contemplando tu cariño

distante y cercano

 

moviendo en mí las hojas y el corazón.

 

Mi Señor, origen de lo creado,

la otra ala del mundo,

la nube que no encuentro

pues desde siempre está en mí

y en la palabra:

 

todas mis gracias a ti.

 

Hoy desciende sobre mí

para ser, junto a ti, un ángel más,

 

Hoy desciende junto a mí

para ser un ángel nuevo.