Mi cielo nada tiene que ver con las estrellas
ni tan siquiera mención hace con dios. Mi mundo
lo construye este sentir grandioso y tan profundo
como lo es el placer de gozar de cosas bellas.
Que el derecho a ser feliz no exige volar alto
pues basta con proyectar nuestra alma en el espejo
andando hacia adelante y obviando ser reflejo,
los pasos dando firmes, sin miedo al sobresalto.
Mi cielo es tan sólo mío y no lo presto a nadie,
no tiene justiprecio, por eso no lo vendo,
con nadie lo comparo mas a otros no desprecio.
Me doy por satisfecho con que bonanza irradie.
Y pues que este negocio me renta un dividendo
le tengo un gran amor y profeso un gran aprecio.
©donaciano bueno