Aún está encendida la vela
a través del cristal de la ventana
que quiebra recuerdos,
en esa oscuridad agitada en miedo
que va destruyendo esas emociones
sacrificadas en el aula de los sentimientos[...]
En ese aprendizaje que no recuerdo
yace tatuada la retina difusa
de tantos hechos irritados de lágrimas,
suciedad húmeda en el vértice del rostro...,
donde una lágrima cavila la garganta
ese grito que calla, ante los argumentos
desgarrados de ésta frustracción
que golpea el reloj del pecho,
enalteciendo las ruinas cardíacas...
Haciendo zumbidos entre los lazos
de las cuatro paredes amarradas
al discernimiento de tener fe
o quizás reciclarla en otro dolor sin motivo...
Es tanta la carga sobre la casa de papel...,
que hay muchas palabras escribiendo en sus murallas,
mi sangre mancha de muletillas el tono suave
y delicado de ésta alba textura, virgen
ante los azotes de mi pobre escritura...,
otra ves es la tristeza y el dolor...
[...]Aún está encendida la esperanza
a través de la retina de los ojos...,
que llorá melancolías...,
en esa depresión nerviosa por la vida...,
que va destruyendo su felicidad...
Muriendo el alma está,
encerrado en la ausencia de si,
en soledad estruja su corazón,
del miedo al amor, del amor a Dios...,
como ecos reiterados en el músculo del tiempo,
una luz atraviesa el tórax, resucita la paz interior...,
ha amanecido la salvación.