Me gusta contemplar, el mar que no existe,
y le digo ádios, al sonido, que con
sus alas, opaca la realidad.
A ló legos, más allá,
puedo observar.
Puedo sentir las gotas, como pétalos, como
plumas, a mi lado está el girasol.
Con un canto se va durmiendo el mar, sus
olas se van arrugando, la luna y sólo las
sombras aparecen.
Mas allá, a lo legos, el ésta volando.