“Desde sus ojos frescos y morenos.”
Ansiedad que le corroía el alma,
desde sus ojos frescos, y morenos,
en visión de una abierta palma,...
sin vestido ninguno, sin sus velos.
Es prodigio rítmico de su cadera
botón de pezones al entusiasmo
con el perfume de la primavera,
y el cielo es libre al despejarlos.
Abstraídos, hincharon sus racimos,
y en susurros se contraen sus bocas,
en sus almas el fuego hizo nido.
“Es una flor dijo él, en su otoño,
tiene el olor del trigo maduro
prodiga flor, que hincha mis antojos”.