Este perfil lo habita el pecado
y al perfil de al lado lo carcome la ira.
Sugiero que sufra un ataque cardíaco
el necio que negoció sus sueños al anochecer.
Rezo porque tú no continúes sollozando
entre la viga de acero que masticó tu ansia.
Selecciono una nota musical atípica
y mi silueta de psicópata duramente edulcorado
se lamenta de no haber engullido
la carne fresca de la última de sus víctimas.
Perfil tras perfil la vida pasa y es mentira.
Al menos yo tengo una rutina sanguinaria
que me asiste cuando anhelo malvender mi alma.