Canciones de la mañana,
De la noche y de la tarde.
Canciones que ya no miran
Ni molestan ni sonríen,
Canciones de aliento extraño,
En lugares clandestinos
Adorables y divinos
Para acostarse en la noche,
Levantándose temprano,
Llevándose por delante
Pasajeros de milagros.
Canciones que traen suerte
En música de baladas,
Fantasías con auroras
Viniendo en la madrugada,
Con sorpresas y alegrías
Que van tejiendo en la casa
Las esperanzas tranquilas
De pasiones alocadas
Que se me vuelven heridas.
Mañana te veré un rato
Y te veré sorprendida.
Te miraré de reojo
Haciéndome la ofendida.
Mañana será otro día
Lleno de sol y esperanzas
De locuras gigantescas,
Con vacaciones lejanas
A la orilla de algún río
O en la cortina de fuego
De una ciudad que trajina
Con un montón de recuerdos
En las sombras de la vida.
Más allá de las ventanas,
En piezas de ollín y frío,
Hay gente que vive y canta
Con sus penas y alegrías
Que me dan horror y pena.
Y unos ojos arrobados
De alguien que uno adivina,
Están esperando afuera
Cuando me miran y espían,
Volviendo la vida hermosa
Con magia de mil estrellas
Que se esconden y suspiran
Mientras te canto en la noche
Buscando tus manos suaves
Con sus caricias grandiosas
Que despertaron mi vida.
Canciones de tangos tristes
En la voz de una vecina.