Oidlo todos bien, esta es mi voz,
la que al mundo ha mandado a tomar viento,
que al grito ha convertido en pasatiempo,
es su potro desbocado y es su coz.
La que chirría y clama en el desierto,
intrépido huracán que a la aventura
despotrica y con ella se conjura
para morir de pena boquiabierto.
La que lanza en un soplo la amargura,
la voz que canta, jura y la que reza,
es la misma que sueña y que bosteza.
Aquella que al clamar no tiene cura,
que incita a la venganza y la locura
causante de maldad y de grandeza.
©donaciano bueno