Te recuerdo como al olor de la lluvia
en mi nostalgia de épicos derroches,
de fascinantes mundos inconexos,
de mis amores, tormentos y reproches.
Te recuerdo en el armario de mi pecho,
tibio lugar de entrada inaccesible
donde el latido arranca de mis ojos,
la ira de que estés aquí invisible.
El tiempo va dejando ya sus huellas,
yo aprendí a vivir sin mencionarte,
pero un arma mas letal que la costumbre,
me hace no poder dejar de amarte.