TACITURNA
Érase una luna
que se reflejaba
en un mar de comuniones
y manos de hojarasca.
Con la desnudez
de un campo y el fluir
de los ríos
que habitan en los libros.
Floreciendo a brevedad
de un tiempo omnipresente
trepando rocas
sin reglas que cumplir.
Érase una luna
que estaba enamorada
de un racimo de uvas
convertidas en palabras.
Tizzia Holwin