Me obligas a creer
en las paqueñas plazas
en los sitios ocultos
en el corazón de la ciudad.
Me obligas a creer
en el pensamiento que me atrapa
en mi costado oscuro
en tu lado tierno.
Yo por obligación
creo en ti
en el amor que redimen a los enamorados
a sus besos sedientos.
Si tan solo la gente
pudiera verme tras el espejo
de esta vida silenciosa
darían fe a mi razón
a la lucha, al placer
a los instantes que todos vivimos
y todos deseamos.