javiercald

La felicidad.

Mi tiempo y el tuyo frenaron en seco,

mi boca a tu boca sellada a fuego.

Piernas temblorosas ante ese eco

de tu voz en mi pecho y \"un hasta luego\".

 

Un \"hasta luego\", no \"adiós\" ni \"hasta nunca\":

para mi suerte, al día siguiente

volvió a ser mi piel de afiladas puntas,

volviste a besar mis labios dolientes.

 

Me salvaste de aquel oscuro infierno

que cegaba y eclipsaba mis pupilas

para llevarme hoy al sitio en que discierno

entre el mal y un alma pura y tranquila:

 

La felicidad.