alicia perez hernandez

Sin inspiraciĆ³n

Sin inspiración

 

Hoy no me siento inspirada

se me fue la inspiración

al no encontrar tu mirada.

Mis labios mueren de sed

y tus labios no la apagan.

Mi cuerpo tiembla de frío

y tus brazos no me cubren.

Mis ojos se están secando

Porque todo el día te lloro,

de noche te echo de menos

hay un espacio en mi cama

lleno de recuerdos.

Una almohada de testigo

que echo de menos tus besos.

Una sábana que me cubre

como cubrías tú mi cuerpo.

Una melodía en la radio

que aflora los momentos

cuando tu cuerpo y el mío

al compás de una melodía

nos estábamos queriendo.

No me pidas que siga escribiendo

Si tú eras mi inspiración

ahora estás en el cielo.

¡VIDA DE MI VIDA!

Nos veremos en el cielo.

Sin inspiración escribo

Estos versos para ti.

Como me hace falta

mirarme en tus ojos

para inspirarme en ti.

-Mi amado poeta quisiera

tener la inspiración que tú tenías

escribiendo tantos poemas para mí-

 

 Alicia Pérez Hernández… México

-No es la pluma la que escribe, es el alma-

Todos los derechos reservados©

 

La pasión de Alicia y salvador

 

 

 Amada mía, entra 

en mi aposento,
entra en mi alcoba:
sobre tus cabellos derramaré
el ungüento
de mis tarros;
amada mía, entra en mi bodega:
beberemos el licor de la ambrosía.
Amada mía, ven Alicia
a mis brazos:
derramaré agua de rosas
sobre tus montes,
amada mía, ven:
te pondré un collar
de rubís engarzados
con las perlas
de mi pasión amorosa,
amada mía…
ven, siéntate a mi lado
te contaré:
érase un princesa:
Alicia se llama,
que vestida elegante iba
en coche de caballos
por las calles de la fantasía...
-soñaba estar con su príncipe-

y vivir en el castillo encantado

y tanto amaba a su príncipe

que quedose en sus brazos

una noche en sus sueños

amándose estaban los dos

cuando un suspiro los despertó

-y diéronse cuenta que no había

príncipe ni castillo-

que era amor de los dos enamorados

y gustosos se daban su amor
 
tal goce sintió Alicia
en brazos del príncipe,
que transportada fue a un cielo
de estrellas,
despertándose gozosa, feliz:
había disfrutado
de la luna de miel que su príncipe
había preparado para ella.
Volviose a dormir,
regresando a la tierra
(y aquí acabó el cuento
que un día ella soñaba
que llegaría su príncipe Salva)

-Mi amada azteca espero por ti-

 

-Salvador 10-9-12 d.e.p. Granada E-