Una rosa roja
Ataviada de amor.
Sin saber porque
Me la regalo dios.
Yo la quiero mirar
Del amanecer a la noche.
Tomados de la mano caminar.
Sintiendo el fresco del aire
Que se lleve mi canto
A los ruiseñores.
Que todo el mundo sepa.
Que es el amor de mis amores.
Su voz suave de Briza
Hechizo mis sentidos;
De su brazo deseo
Estar locamente prendido.
Hace poco que le digo.
Que ella es mi ilusión
Que suspiro noche y día.
Para ella es mi corazón.
Alberto Aguayo