Dice un refrán popular:
que es de bien nacidos
ser agradecidos.
Hoy quiero dar las gracias
con estos humildes versos
a familiares, amigos y paisanas
que me escuchan en la mañana.
Al llegar a casa los jueves
siempre hay quien me llama
para felicitarme y decirme
que mis versos llegan al alma.
Los dedicados a mis perritas,
a mi Buñol y sus fuentes,
los cumpleaños de mis nietas
y los calurosos homenajes.
Para esta servidora vuestra
aficionada a las letras,
es un estímulo comprobar
la admiración pura y sincera
que mis poemas puedan despertar.
Soy una entusiasta por genética,
lo mío es escribir todo aquello
que me inspira del alma lo bello
con disciplina y admiración
poniendo en ello el corazón.
Libros, narrativa, poesía,
la vida familiar y laboral
de Samuel Palomar, mi marido,
fue mi gran obra prima,
un bálsamo para no pensar
en la pérdida de lo que más quería.
Mis libros, en ocasiones,
son historias personales,
la narrativa y la poesía
son sueños y fantasía.
Así, de esta manera,
paso de invierno a primavera,
alternando con la pintura
que es mi hobby de locura.
Pero un día la providencia
me llevó hasta la Radio
y aquí estoy con ilusión
agradeciendo vuestra atención.
Y tal vez el próximo año
siga aquí leyendo mis versos
con sumo placer para aquellos
que con palabras de aliento
hacéis posible el momento.
No mencionaré los nombres
para no olvidarme de alguno
pero si agradeceros a cada uno
el seguimiento y el interés
y reiteraros las gracias
una y otra vez.
Un beso para todos.
Fina