Así como se pone el mar
quieto, inmenso, radiante
al atardecer, cuando el sol deja de brillar.
Así como cuando reflejado en él,
cielo y mar forman un sólo ser,
así somos tú y yo
tan iguales, pero tan distantes
como el cielo y el mar.
Míralos un día
cuando te encuentres en una playa lejana,
no verás el horizonte vida mía,
confundidos en el infinito
no te dejarán ver nada.
Pero eso sí,
te llenarás de recuerdos,
me verás allá en la cumbre
casi en el fin.
No sabrás exactamente
donde termina el cielo y empieza el mar
y justo allí verás mi rostro,
verás mis labios por ti clamar,
verás mis ojos por ti llorar,
luego me perderé, no sabrás adonde fui,
me buscarás en tu alma, en tu corazón,
dentro de ti
y allí me hallarás, hallarás de nuevo mis recuerdos
y tal vez a mí.
Después de esta hoguera
solo después, si en realidad me encuentras,
podremos abrazarnos
y amarnos hasta el fin,
pero hoy, que distante te siento de mi.