Eráse una vez en el toboso,
Caminaban con garbo y buen talante,
Un caballero, vestido de armadura
con espada y un corcel,
Seguíales al paso con cansancio,
Su escudero con panza y oropel.
Llevaban varios días caminando
Seguidos de aventuras sin aviso
El caballo armado cual guerrero
Listo a batallar sin tregua ni cuartel.
Su escudero pegado iba a la silla,
Le traicionaba el miedo de caer,
Lugares remotos conocieron
Marcharon de derecho y de revés
En cada punto un fuerte viento
Molinos gigantes había que vencer.
Aventuras una y otra sucedieron
tropezaron con gentes que
No los quería ver
Su hazaña no sería completa
hasta encontrar la luz del nuevo
Amanecer
Donde por fin Quijote Encontraría
Su Dulcinea, su amada
Y su final