Vale la pena vivir,
si tus ojos hechiceros
me contemplan con dulzura
y hacen brotar con ternura
la exclamación de un ¡te quiero...!
Vale la pena vivir,
Aferrado a tu sonrisa
Que cautiva al expresarse;
Toda el alma se complace
Al contemplarte feliz.
Vale la pena vivir,
Cuando tus labios de rosa
Mueves con sutil orgullo
Y se doblega ante el tuyo,
El corazón que alborozas.
Vale la pena vivir,
Cuando tu esbelta figura
De apasionada quimera,
Hace mover su cintura
Mientras bailan tus caderas.
Vale la pena vivir,
Si tu perfume embriagante
Se impregna en el corredor
En que trasnocha el frescor
De tu presencia constante.
Vale la pena vivir,
Si me atas con las cadenas
De tu mente y corazón
Y me dejas prisionero
En la cárcel de tu amor.