Quimera que sorprende las noches oscuras en soledad
que asusta sin piedad
donde con disimulo y fervor las almas dejan escapar
una sonrisa incandescente
como un reguero de luciérnagas
merodeando sin parar,
intentando escabullirse del temor
e invocando la paz
frente a la sombra del monstruo depredador,
en un tedioso y apagado lugar,
que congela los seres cansados y atemorizados
ante espectros obsoletos,
con ganas de volver a resurgir de un pasado
delirante y aturdido,
que los ahoga sin piedad y sin perdón,
volviéndolos fieras desgarradoras
ante los expectantes ojos de la humanidad,
los que quedan atrapados entre el miedo y la debilidad
de semejante aparición,
y que con cautelosa trama
se excluyen destilando del lugar,
con el corazón vibrando rebosante de pavor.
Emprendiendo sus pasos por un turbio y enmarañado camino
que los confunde y los conduce por senderos equivocados,
y sin saber, caen a mares embravecidos,
que los hunden hasta naufragar,
e intentan sobrevivir ante el endeble valor,
llevándolos a islas desiertas,
donde solo la inalterable fuerza de la voluntad y el destino
pueden redimir a tan grandes sentimientos
subestimados y entristecidos
liberándolos del tentáculo casual,
para concederles la victoria de encontrarse,
volviéndole a la realidad.
Toñi Martínez Estévez,
Reservado en el Registro De La intelectualidad.
ESPAÑA.