El día que no te veo
tiene más de veinticuatro horas,
y mi sonrisa se esconde,
y se opacan mis ojos,
y se estruja mi alma
que sale volando para encontrarte,
en cada esquina,
en cada rostro,
en el teléfono
y hasta en los parques.
El día que no te veo
espero ansiosa que el Sol se esconda,
y caiga la noche,
y se me cierren los ojos
para soñarte,
y desear,
que al despertar,
no sea otro día
en que no te veo.