Al principio lo ignoraba y los desconocía a todos
aunque me hicieran gestos de ser viejos amigos
Incluso mi madre me era totalmente desconocida
El día, la noche, todo con sus sonidos y olores
Con el tiempo todo se me fue haciendo familiar
los caminos, los sabores y la misma gente
los rostros y las voces pasaban repitiéndose
Todo parecía que iba a ser igual para siempre.
El mundo sólo estaba habitado de niños y adultos
y parecía que por dicha los chicos nunca crecerían
que para alegría o tristeza los adultos no se irían
Pero un día me avisaron que mi abuela había muerto.
Caminando de la escuela pensé ¿qué será estar muerto?
Mi prima Eli me dijo que era como dormirse para siempre
iba muy interesado en verla de aquella manera.
Cerrados sus ojos, inmóvil su cuerpo, envuelta en silencio.
Un oleaje de llantos agitaba la casa y golpeaba las paredes
No había diferencia, todos eran niños abatidos y tristes
Mi tía quería morirse ella en vez de que fuera la abuela
Niños llorosos de todas las edades se llevaron su cuerpo
y volvieron sin ella.