Dime, si puedes,
¿cómo puede vivir el pez fuera del estanque,
y la planta crecer si tierra,
o las aves volar sin alas
y nosotros respirar sin aire?
¿Cómo puede la luz del Sol
encandilarnos la mirada,
si tenemos los ojos cerrados?
¿Cómo articular palabra alguna
si nos faltara la boca,
o cómo escucharla
si estamos inmersos en el silencio?
¿Cómo tocarte sin ser mano,
o besarte sin lengua
y mirarte sin quedarme en vos?
¿Cómo hacerte el amor
sin desaparecer de este mundo,
sin conocer el fuego del infierno
y la candidez del paraíso, a la vez?
Dime entonces, si puedes,
¿cómo, también, renunciar a ti?