Un ruido se escuchaba
En una espesa montaña,
Era la musa rosa que baña
Y sus cabellos peinaba.
Mirabala entretenido
Pan, que las ovejas cuidaba
Los espíritus del bosque
Que del arroyo libaban.
Se veía tan cristalina
Venía una catarata,
Agua fría del arroyuelo
Que a la ría se juntaba.
Metido cual fiel Narciso
Que la fuente desbocaba,
Perdió allá equilibrio hizo
El caer desesperadas;
Dio cuenta la musa
Que del cristal disfrutaba,
De pronto despareció
Como fugaz aire que pasa.