En la montaña sagrada, entre la nieve y el frío,
En solitario lugar, existe un templo divino,
No tiene color ni forma, es un oasis tranquilo,
Donde invisibles presencias buscan sólo el equilibrio;
Llegas si cierras los ojos, dejas que el lazo argentino
Te brinde seguridad en ese viaje hacia el limbo;
Sólo luces hallarás entre refulgentes símbolos,
Letras de oro grabadas en indestructibles libros;
Todo lo comprenderás en lenguaje sin sonido
Y escucharás en tu mente lo que nunca habías oído;
Tus sentidos, tu intuición, los sentirás expandidos
Leyendo del universo inmemoriales principios;
Son lugares casi astrales, esos estrechos caminos
Donde sólo unos cuantos llegan a este gran convivio,
Todos vestidos de blanco y coronas de gran brillo
Elegidos o invitados que aplicarán lo aprendido…