Èste es el màgico esplendor
del comienzo de una historia de amor.
Un galante caballero es invitado a una fiesta.
Es la boda de su amigo.
Y èl se arregla: se pone su traje y su corbata.
Los zapatos perfectamente lustra.
Su cabello peina y su cuerpo perfuma.
Arriba con sus amigos a la fiesta.
Y està feliz con la llegada de los recièn casados.
Es entonces el brindis y èl alza su copa.
Sorbe el vino con sus labios.
Y èste endulza su boca...
Los minutos pasan y transcurre la noche...
Èl disfruta de los platillos que ponen en su mesa.
Y bromea con sus compañeros.
Se divierte y rìe encantado.
Màs tarde comienza el baile.
Èl no tiene pareja.
Se anima a bailar acompañado de un amigo.
Pero a ninguno de los dos les gusta y vuelven a su mesa.
Alguien a lo lejos lo observa:
Es una hermosa princesa.
Està encantada con èse caballero.
Pero, ¿Còmo ha llegado ahì la damisela?
Es la boda de su amiga.
Y desde hace meses la ha invitado.
Luce su màs bello vestido y un lindo peinado.
Al ver a ese muchacho, su rostro se ha transformado.
Quiere acercarse a èl.
Su corazòn se lo ha suplicado.
Ve que solo està con caballeros.
Respira profundo y decide ir a su lado.
Ella le pide ayuda a su amiga, la feliz novia.
Y ella entonces los presenta:
Èl se llama Fernando.
Y ella, ella se llama Sol.
Y verdaderamente resplandece.
Luce radiante en compañìa de èl.
Comienzan a bailar.
Y Fernando no la deja de mirar.
Sol siente còmo aquellos ojos llegan al fondo de su alma
y algo hermoso crece dentro de ella.
Puede perderse en esa mirada por una eternidad
y aùn asì no dejar de necesitarla.
Se toman de las manos.
Luego èl la toma de la cintura.
Bailan, bailan.... la noche continùa.
Pero ellos sienten que el tiempo se detiene.
Continùan embelesados.
Y los demàs invitados de dan cuanta de eso.
Varias miradas estàn puestos en ellos.
Y comentan que ahì ha nacido el amor.
Fernando y Sol quisieran abrazarse,
sentir màs cerca su aliento.
Pero aùn asì se resisten.
Solo se limitan a mirarse
y a seguir el compàs de las melodìas.
Ya es media noche.
Y van a la mesa a tomar un poco de vino,
que vuelve a endulzar los labios de Fernando.
Y a teñir los labios de Sol.
Regresan a bailar.
Y asi continùan hasta cansarse.
Es hora de que ella se vaya.
Y Fernando la acompaña.
Se despiden dàndose un abrazo.
Y se besan en la mejilla.
Ella se va..... y èl la ve alejarse.
No se le ha quedado de recuerdo ni una zapatilla.