Vuela, si… aunque te suene extraño vuela, pues de tinta esbozo para tu espalda amplias alas blancas, quiero que sientas navegar los cielos cuando la tristeza te remache al suelo, así que hermosa, cierra los ojos para hacerte viento y vuela, vuela sin rumbo, déjate llevar de las corrientes cálidas del sepulcro solar, mientras pretendes ser Ankaa en el firmamento, deja en la tierra preocupación alguna, para que aligeres tu vuelo, y sube…, y sigue subiendo, siente el universo acariciar tu rostro, asciende hasta alcanzar la luna, haciendo un manto de cada estrella, mientras contemplas lo pequeño que son los problemas desde sus blancas arenas. Yo desde la tierra seguiré escribiendo lagos de cristal, auroras incandescentes proyectadas en bosques con aroma a pino, arce, a musgo turgente, mientras sigo dibujando universos para que siempre quieras volver…