Antes de conocerte mis noches eran muy frías,
y aunque brillaba una estrella, ella, no me calentaba;
después que tuve la dicha de llamar tus manos, mías,
llegaron tus alegrías, y con ello, lo que faltaba.
Antes de conocerte, mi cuadro era incompleto,
y no sabía que faltaba,
después estuve repleto,
y una figura brotaba.
¡Un corazón bello, hermoso, se me dibujo en el lienzo,
con tu nombre bien grabado; y el verlo, me es delicia;
pues tu nombre bello, Leticia,
apareció en rojo intenso, y eso solo, fue el comienzo!.
Autor:Bernardo Arzate