En la pálida niebla de la aurora
devorado por la negra pesadumbre
imploro que me mires niña hermosa
sin ti mi corazón no tiene lumbre
Donde han quedado los días amantes
aquel cariño que tu me profesabas
yo fracasé en amores muchas veces
tu trajiste a mi alma la alborada
En el desolado rostro de la amada
la pena el dolor se reflejaban
estaba yo de rodillas me levantaba
conmigo en sus brazos también lloraba