Araceli Vellber

Lejos, pero no tanto.

 

Es posible, que te encuentres lejos,

mis letras, nos acercan,

llegan a tus labios, antes que a tu oído,

tienen el sabor,

del azufre de las tormentas,

juegas con ellas y estas cerca,

presagian tiempos cálidos,

amaneceres sin pausa,

viendo, desde nuestra ventana,

como juegan la Luna y el Sol, a esconderse,

como los niños, al escondite.

Tenemos el trato,

de la continuidad del beso, sin pausa,

del sexo, hasta desinflar los corazones.

Es posible que estés lejos,

sin embargo te huelo,

con la paciencia del rastreador,

que me ha convertido, este tiempo

en cazador de besos, sin recompensa.

Es posible que estés lejos,

pero tu corazón está cerca

lo mantengo mordido con mis dientes,

cerca de mi boca,

evitando no atragantarme,

por lo menos, no ahora.

Es posible que estés lejos,

pero entras y sales,

con la facilidad que se desplaza el rayo

en la tormenta,

y el mismo ruido, luz y descarga

produce en mi cuerpo, que en la tierra

y a mí me desploma, me tira de la cama,

me tiñe de negro la cara,

y me deja repleto, de agua.

Es posible que estés lejos,

pero no más, que cuando estas cerca,

mantengo intacta tu esencia,

te veo reflejada todas las mañanas,

en los espejos,

y yo me desnudo, delante de ellos,

esperando, ver como adelantas tus manos,

y firmemos un pacto,

para desayunar esta mañana, nuestro sexo.

Es imposible que estés lejos,

cuando todavía no te has ido y

te echo tanto de menos,

y luego vas y vienes,

no te encuentro,

y siempre te dejo encima de la mesita, un beso.