Gratos recuerdos llegan de festejos:
bodas, bautizos, cenas, comuniones…
Tanto en las alegrías como en duelos,
siempre atento y cordial, sin condiciones,
dando su amable imagen de buen gesto,
presto a cubrir el tono de un acorde…
en el arte del plectro fue un maestro.
“Nene” seguía siendo en su entorno,
hombre bueno y querido así, por todos.
Llegó el momento ¡Oh Dios! Igual que rama
que se desgaja al tronco de la vida,
se quiebra. Los recuerdos viejos pasan
a convertirse, en flechas de arco vivas
que buscan, en la llaga destrozada
de aquellos gestos nobles de acogida,
tornándose en heridas que reclaman
dolor, y donde era vivir con gozo,
en lágrimas bailando entre los ojos.
Cecilio Navarro 12/06/2015
Derechos de autor reservados
Comentario:
A la memoria de mi cuñado y padrino Antonio, más conocido familiarmente como el Nene