Embustera
(Endechas)
Eras… como aquel perro
que muerde sin ladrido,
con tu aguzada forma
insultaste el amor de tu marido.
Sutilmente fingías
haciéndole caer,
tus besos de veneno
incrustabas, en todo su querer.
Como si fuera poco,
empañaste su honor
cubriéndolo de lodo,
provocaste en su vida gran dolor.
Y tus frías caricias…
él te las aceptaba,
¡Oh! mujer traicionera
mientras él te dio amor, tú lo engañabas.
De nada te sirvió,
te encuentras hoy, abrumada…
Todo se sepultó,
del amor que te dio… no queda nada.
Hoy recorres la vida
sin rumbo y desquiciada,
aunque sigas viviendo
vagas por este mundo… descarriada.
(victolman)