Me extasía el canto de la sirena
que acurrucada en roca marina,
se hace desentendida la cretina,
mientras peina su negra melena.
Es una amante -aunque ficticia
del fondo del mar-; taciturna
entona canciones como nocturna
serenata de amor...¡delicia!
Entre sábanas de arena, cubierto
de blanca espuma cual lava,
que coloso volcán del cráter destraba,
sobre el infinito cielo abierto.
Te escucho -locura fugaz- es cierto,
dormía profundo...¡mientras te soñaba!
Por: Alejandro O. de León Soto
Tijuana, BCN, MEXICO, Jun. 15/15