Era Enriqueta
una bella niña
que tenía una maleta
que mucho quería.
Allí guarda su muñeca
y su vieja alcancía
y otras sorpresas
que nadie sabía.
Dicen que Enriqueta
día tras día
guardaba contenta
cosas que tenía.
Una flauta, una trompeta
y una barra de plastilina
guardaba en su maleta
con bolitas de naftalina.
Una verde peineta,
una moñera amarilla,
y unos poemas
escritos en cuartillas.
Un yoyo sin cuerda
y una guitarra sin clavijas,
y un par de luciérnagas
que ya no brillan.
Una vieja receta
para hacer comida
también en la maleta
estaba escondida.
Una falda deshecha
y una franelilla
y las trenzas sueltas
de unas zapatillas.
Una tarde quieta
dicen las vecinas
que lloraba Julieta
triste y pensativa.
Una garza paleta
volaba distraída
y se llevó la maleta
buscando comida.
Dicen que Enriqueta
andaba intranquila
buscando la maleta
que estaba perdida.
Si hay algo que pesa
por tantas cosillas
es esa maleta
que tenía la niña.
Por eso la garza
no pudo con ella
y nada que avanza
si con ella vuela.
La dejó abandonada
entre la maleza
donde emocionada
la encontró Enriqueta.
La niña contenta
feliz en su casita
guarda en su maleta
retazos de vida.
FIN
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Autor: Alejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela