El ciempiés Andrés
estaba furioso
porqué un pesado oso
le ha pisado un pie.
¿Usted no ve
por dónde camina?
evite mi ira
por el bien de usted.
Disculpa ciempiés
ando distraído
por donde camino,
ya ni veo el suelo
pues mis espejuelos
se me han perdido.
Disculpe usted, amigo
por mi proceder,
pero mis pies siempre los cuido
aunque tengo cien.
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Autor: ALejandro J. Díaz Valero
Maracaibo, Venezuela