Escribo en tu piel
los versos encendidos
de mi paladar húmedo.
Tu dispuesta figura primaveral
regresa a mí
con besos de madrugada,
besos que evaporan tu cuerpo de coral.
Cuerpo que en éxtasis
y centelleantes amores
se estremece con las caricias de mi blandura,
erizando tu piel y tu hermosura
y con suave tonada, bailando tu cintura,
la descalzo en el brillo de tu locura
donde aspiro, mujer de miel,
tu rosal y su frescura...