Fúmame
y piérdeme la vida.
No hay sistema de luces
que pueda soportar
esta opacidad.
Fúmame
a oscuras e intermitentemente,
cual bocanada de miedo,
ampararme en tu boca
hasta que la lengua insaciable
repase nuestras tendencias
de amantes inoportunos
y obcecados.