Ellas se aman abrazadas por el farol
mientras esperan el tren en la estación.
Sus miradas se encienden al contacto de su mano
y se sienten felices en su mundo lejano.
Nadie las mira y a nadie miran,
Solo se besan y se acarician.
Aunque tengan lo mismo desde la mañana,
el amor les sonrió a edad temprana.
Llega el metro y se lleva el encanto
de aquellas niñas y su amor santo.