Entre las sombras distantes
de aquella noche tan corta
fuimos para siempre amantes
ya lo demás nada importa
El rugido de las olas me advertía
que tu amor no era del bueno
que ya nunca más te encontraría
a todo yo permanecí ajeno
Ya la tumba a mi me está llamando
ya mi alma en la noche anda perdida
pues desde aquel día ando llorando
ya nunca más podré cerrar mi herida
Aquella noche tan bella invitaba a soñar
aquel cuerpo tan bello se dejaba acariciar
disfruté de un momento disfruté del lugar
ahora por desgracia a mi me toca pagar